Aquel que diga que hizo turismo y no probó algo local, que no salga de casa, en nuestra “maleteada” por Campos de Jordao, los sabores de Doña Chica alimentaron el ego de nuestro paladar.
Soy de aquellas personas que prefiere decir lo probé y no me gustó, a decir no me gusta y aún no lo he probado, en esta ocasión absolutamente todo lo probé y todo me fascinó.
Comimos peixinho una hoja que usualmente se come preparada en tempura, y como originaria de un país costero, yo decía es pescado, hasta que me dijeron es una hoja propia de esta región y es común ofrecerla como entrada en los restaurantes más “gourmet”.
Probamos una deliciosa paella vegetariana, con ingredientes de la huerta del restaurante, tal cual se llama el local que nos recibió “Chica Da Horta”, y para los carnívoros una paella con ese toque brasileño.
En nuestro recorrido degustamos el leitao o lechón asado, al igual que la trucha ahumada, la experiencia culinaria elaborada por el chef Anderson Oliveira y su equipo, fue magistral.
Las entradas y el postre estuvieron de muerte lenta, la frescura de todos los platillos degustados fueron el mejor sello, y es que en este local todo viene directo de la huerta del lugar o de los productores que cada día llevan los insumos para la elaboración del menú.
Cardapio – Menú , es un dato importante a recordar cuando vayas a Brasil, no dejes de pasar por Doña Chica, el restaurante que alimentará tus sentidos en cada bocado.